Playas doradas y azulejos de colores
En otra época poderoso reino marinero que dominaba las rutas mercantiles hacia África, América del sur y Oriente, Portugal es hoy un agradable lugar, con un ambiente relajado y una costa maravillosa, bordeada por playas doradas y dunas infinitas.
Muchas de estas playas se pierden en el horizonte y raramente están abarrotadas, ni siquiera en pleno verano, pero al encontrarse en el Atlantico pueden ser peligrosas para nadar.
Su sinuoso interior es perfecto para explorarlo a pie, en kayak, en bicicleta e incluso a caballo, aunque gran parte del encanto de este país reside precisamente en pasar largos días en la playa, degustando su extraordinario marisco fresco y admirando el atardecer sobre el Atlántico mientras te relajas con una cerveza.
Durante unas vacaciones en Portugal podrás admirar el legado de poder y de su antigua riqueza en sus ciudades históricas; Lisboa, magníficamente situada en la desembocadura del Tajo, es conocida por sus monumentos manuelinos y sus callejuelas medievales.
Un crucero por Portugal también es una buena oportunidad para conocer Funchal, la capital de la portuguesa isla de Madeira, en el Océano Atlántico.